INSTRUCCIONES PARA EL ENTRENAMIENTO ALFA
MEDITACIÓN
Empiece por realizar una sesión de relajación física; sirve cualquiera de los tres métodos propuestos en la Fase Uno del entrenamiento, que consisten en relajarse estando sentado o acostado. Al principio quizá prefiera utilizar el procedimiento básico, si dispone de tiempo suficiente, o bien la relajación rápida. A medida que adquiera experiencia y la seguridad de ser capaz de eliminar con éxito las tensiones corporales, el método de calentamiento de una mano resulta perfectamente adecuado.
Sentado o echado todavía en esa cómoda postura, dedique un par de minutos más a refugiarse en la escena pacífica, segura y confortable que ha creado usted al término de la sesión de entrenamiento básico.
Siéntese ahora con la espalda erguida y, con los ojos siempre cerrados, empiece a fijarse en su respiración. Respire de manera lenta y relajada, sin hacer pausa entre la inspiración y la espiración, de modo que el aire entre y salga de sus pulmones en un caudal ininterrumpido.
Concentre toda su atención en la respiración. Al principio esto puede resultar un poco difícil, porque acuden pensamientos errabundos que quieren distraerle y minar su concentración. En tal eventualidad, deséchelos sin incomodarse y retorne su atención al proceso respiratorio.
Intensifique esta concentración por medio de una técnica Zazen. Esta consiste en contar para dentro, al ritmo de cada respiración, desde 1 hasta 10, y luego vuelta a empezar.
Al mismo tiempo, imagine una moneda lanzada a un pozo muy profundo cuya boca se abre en un punto situado un poco por encima de su cabeza y que, pasando a través de su cuerpo, se hunde en el suelo, debajo de usted.
Eche la moneda en el momento de empezar a exhalar el aire y, mientras éste va siendo expulsado sin esfuerzo de sus pulmones. Imagine que esa moneda va cayendo poco a poco, atravesando las limpias aguas del pozo, hasta caer al fondo en el instante en que lanza usted de sus pulmones el último resto de aire. Y cada moneda va cayendo sobre la anterior, hasta que se forma una pila de diez monedas, en cuyo momento volveremos a empezar.
Al fijar su atención en la respiración y con ayuda de esa imagen de la moneda, que tiende a evitar las distracciones, conseguirá con relativa facilidad el entrenamiento de su mente con vistas a obtener el deseado estado de atención relajada. En ese momento, si hubieran fijado unos electrodos sobre su cráneo y éstos se hallasen conectados a un electroencefalógrafo, tendríamos la evidencia de una producción sostenida de ondas alfa, combinadas con algo de actividad beta hacía las frecuencias más altas y zeta hacia las más bajas.
Haga que las sesiones de entrenamiento sean breves al principio, y vaya prolongándolas poco a poco hasta que se note capaz de meditar sin dificultad durante 10 o 15 minutos, sin distraerse demasiado. Esto no significa, naturalmente, que no pueda meditar durante más rato si le parece agradable y relajante. Sin embargo, quince minutos son perfectamente suficientes por lo que respecta al Plan Alfa.
Inmediatamente antes de dar por concluida la sesión, llévese los dedos índice y medio de cada mano a las sienes y repita: «En cualquier momento me bastará con hacer esto para crear de nuevo el mismo estado mental . . . ».
Tras repetir esta acción cierto número de veces, sin duda le resultará cada vez más fácil, sólo con emplear esta fórmula, el retorno de mente y cuerpo al estado deseado de atención relajada.
Después de cada sesión, incorpórese poco a poco. Conviene recordar esto después de cualquier ejercicio de relajación o de respiración, ya que es posible que experimente un ligero vahído. Este efecto es debido, simplemente, a la alteración temporal del régimen de riego sanguíneo del cerebro, y no debe usted preocuparse porque desaparece en seguida.
Continúe con estas sesiones regulares de prácticas durante otros quince días. Transcurrido este período, no deje de practicar al menos cuatro veces por semana, tanto si es cuestión de realizar nuevos cambios en sus programas mentales como sino. Como cualquier otra destreza, el método alfa debe practicarse con regularidad a fin de mantener un buen nivel de rendimiento.
Una vez se halle seguro de su capacidad para concentrarse en su respiración, y dominado el arte de relajarse mental y físicamente durante un cuarto de hora por lo menos, estará en condiciones de pasar a la Fase Cuatro del Plan Alfa y de empezar a reprogramar su cerebro.

+1
6 votos
0 clicks
0 para destacar
203 lo han visto
{txt_compartidomuro}
Escribe un comentario...